sábado, 20 de diciembre de 2014

* BUDDY GUY * (1936)

Blues sin límites




Entre las décadas de 1910 y 1930 tuvo lugar en Estados Unidos un fenómeno social de enorme importancia en la historia del país, la llamada Gran migración. Cerca de dos millones de afroamericanos abandonaron los estados del sur de la Unión, económicamente agrarios y socialmente racistas, a fin de buscar un trabajo más seguro en las grandes capitales industriales del norte. Entre ellas Chicago, Detroit, Nueva York, Cleveland o Filadelfia y también de California.
Esta gran oleada de ciudadanos negros exportó a dichas ciudades todas las costumbres de la comunidad afroamericana. Entre estas, la música era esencial en su concepto de diversión. Los más jóvenes, además, mezclaron esas costumbres con las influencias recibidas de sus lugares de adopción. Así nació el Chicago blues, la adaptación del Delta blues a los hábitos musicalesde la ciudad de Illinois después de la Segunda Guerra Mundial.
Los bluesmen provenientes de Luisiana y Mississippi fueron transformando su estilo, originalmente basado en el sonido de la guitarra acústica y la armónica, gracias al revolucionario aporte tecnológico de los amplificadores, los micrófonos y las guitarras eléctricas, y a la inclusión de instrumentos nuevos para el género, como el bajo, la batería, el piano e instrumentos de viento como la trompeta o el saxo. El Chicago blues también cambió la estructura tradicional del estilo, superando la vieja escala hexatónica de blues, de seis notas por octava (por ejemplo: do, mi bemol, fa, sol bemol, sol, si bemol...), añadiendo notas de escala mayor y de los acordes de novena de dominante, un cambio que permitió a los autores una mayor variedad compositiva e interpretativa, y proporcionó a los temas un característico aire jazzístico pero sin perder su esencia de blues.
Pocos meses antes de estos hechos, el 25 de septiembre de 1957, Guy había tomado un tren que cambió su vida y también la del blues. Abandonó su Luisiana natal y se bajó en Chicago, donde no lo esperaba nada ni nadie. Desde aquel día, grabó esa fecha (92557) en todas sus guitarras. Con apenas 21 años, no tenía ni la más remota intención de convertirse en músico profesional, aunque un amigo que antes había realizado el mismo trayecto hacia el norte lo animó a mostrar sus ya notables habilidades guitarrísticas en la ciudad del lago Michigan, trabajando de día y tocando de noche por las calles, como ya hacían muchos. En Luisiana, Guy había conseguido un sencillo pero seguro trabajo como vigilante en la Universidad y ahora aspiraba a lograr un empleo similar en Chicago, con la esperanza de que allí estuviera mejor remunerado. La música ni siquiera era un sueño. Como mucho, Buddy aspiraba a que la vida en su nuevo hogar le dejara tiempo suficiente para escaparse de noche a los clubes de la ciudad para ver tocar en directo a sus ídolos. Especialmente soñaba con escuchar a Muddy Waters y Howlin´Wolf, y después correr a casa para tratar de imitar sus fraseos con la guitarra.
Su enérgico estilo de tocar la guitarra -se dice que luchaba constantemente con sus productores para aumentar el volumen de su amplificador-, unido al vigor de sus directos y a su voz aguda lo convirtieron en un puntal en la história del género y en una influencia capital para la generación posterior de bluesmen, e intérpretes de rock como Eric Clapton, Jeff Beck, Jimmy Page, Keith Richards, Stevie Ray Vaughan o Jimi Hendrix, quien llegó a afirmar que "el cielo es sentarse a los pies de Buddy Guy mientras lo oigo tocar la guitarra". Clapton, por su parte, reconocía que "Buddy Guy fue para mí lo mismo que Elvis para muchos otros", y añadía "es, de lejos y sin duda, el mejor guitarrista vivo. Su forma de tocar va más allá que la de cualquier otro intérprete gracias a su total libertad de espíritu. Verdaderamente, Buddy cambió el curso del blues y del rock´n´roll".
Buddy llevó su  modo de componer, de cantar y de tocar la guitarra desde el corazón del blues hasta las fronteras con otros estilos, para decirles a todos aquellos jóvenes apasionados del rock: "¡ Tomen todo esto y continúesn mi obra!". Lo más curioso del caso es que, más allá de la enorme energía que ponía en su música, los cambios que introdujo Guy en el género tuvieron más relación con la técnicas de producción, en especial la amplificación y la distorsión del sonido de su guitarra, que con la esencia de su blues que ha mantenido incólume a lo largo de toda su carrera.
Al contrario de los 60 -década en la que sintió la admiración de las nuevas generaciones- y los 70 -etapa de fecunda colaboración con Wells-, los años 80 resultaron estériles para Guy: no grabó ningún disco en todo el decenio y su estrella parecía apagarse definitivamente. En 1991, sin embargo, su nuevo contrato con Silvertone Records le permitió grabar el álbum Damn Right, I´ve Got The Blues, con el que obtuvo un premio Grammy, recobró el reconocimiento que su carrera sin duda merecía y volvió a las giras multitudinarias.
Con energías renovadas grabó Feels Like Rain en 1993, con la colaboración del cantante country Travis Tritt (1963) y del vocalista inglés de rock Paul Rodgers (1949), y regreó a las reíces de su blues en 1994 con Slippin´In. En 1997 volvió con su antiguo compañero Junior Wells -que moriría pocos meses después- para grabar Last Time Around: Live at Legends, todo un desafío de contención para Guy, puesto que se trataba de un álbum acústico.
Crecido por el éxito de sus experiencias más recientes, volvió al Mississippi en 2001 para registrar otra obra memorable -Sweet Tea- al estilo juke-joint blues, una de las expresiones más tradicionales y genuinas del género. Otro acústico (Blues Singer, 2003), una nueva gran producción con estrellas invitadas Brig´Em In (2005) y Skin Deep (2008), con Eric Clapton, precedieron a Living Proof (2010), Grammy al mejor álbum de blues contemporáneo, todas ellas producciones que ponen de manifiesto la inusitada actividad de este músico que, pasados los 70 años, se resiste a ceder el trono de rey del blues de Chicago.-

-DISCOGRAFÍA BÁSICA-


1967 - Left My Blues in San Francisco

Último álbum de la antológica serie de obras que Guy grabó para Chess Records a lo largo de los 60, con temas enérgicos como Keep it to Myself, Crazy Love o Leave My Girl Alone y otros más suaves, teñidos de influencias de la música soul.










1972 - Buddy Guy & Junior Wells Plays The Blues

Pese a los problemas y retrasos que por diversos motivos sufrió esta grabación, los resultados de la colaboración entre Buddy Guy y el armonicista Junior Wells son impresionantes. Se destaca A Man of Many Words, un tema con un marcado aire soul.







  1991 - Damn Right, I´ve Got The Blues

Buddy Guy vuelve a escena con energías renovadas a los 55 años y se hace acreedor al Grammy con esta obra repleta de vitalidad en la que lo acompañan grandes músicos de generaciones posteriores, como Richie Hayward, Jeff Beck y Eric Clapton.








2001 - Sweet Tea

Con la llegada del nuevo milenio y después de dejarse influir por otros géneros a lo largo de su dilatada carrera, Guy vuelve a las reíces del blues que aprendió en su adolescencia en un ambiente -un estudio del profundo Mississippi- que debió resultarle muy entrañable.








2010 - Living Proof

Con 74 años (el primer tema se titula 74 Years Young), Guy dirige este álbum autobiográfico con una vitalidad a prueba de bomba, como lo demuestra el sonido de su guitarra, más enérgico que nunca.