martes, 13 de enero de 2015

* ROBERT JOHNSON * (1911 - 1938)

Auténtica Leyenda

En los Estados Unidos, se denomina región del Delta al área pantanosa interior situada aproximadamente entre los ríos Mississippi y Yazoo, y entre las ciudades de Memphis, al norte, y Vicksburg, al sur. Pese a su nombre, y aunque se encuentra relativamente cerca de Nueva Orleans, esta región no tiene nada que ver con el delta del Mississippi propiamente dicho, donde el gran río vierte sus aguas en el golfo de México. Es en esta zona marcada por la esclavitud y por las consecuencias de su abolición a partir de 1865, donde nace en los años 20 del siglo pasado el llamado "delta blues". Se trata de una de las tendencias fundacionales del género, caracterizada por una interpretación casi siempre en solitario y por el empleo de ritmos lentos y muy marcados, con un canto vehemente y pasional, a veces combinado con interludios de armónica y acompañado con acordes de guitarra tocada muchas veces al modo slide -deslizando un tubo de metal o de vidrio sobre las cuerdas.
Como todos los géneros de la música popular que consiguen perdurar en el tiempo, el delta blues tuvo muchos grandes intérpretes entre los que se destacan el pionero John Lomax, Arthur Pop Crudup, David Honeyboy Edwards, Son House, Skip James o Henry Sloan. Pero tuvo un solo rey, y fue, sin duda, Robert Johnson. Con todo merecimiento, fue considerado un símbolo de la cultura popular estadounidense, cuyo talento como compositor, letrista, cantante y guitarrista marcó varias generaciones de músicos de blues y rock pese a que sólo vivió 27 años y grabó apenas 29 canciones. Fueron un puñado de grandes temas que, si bien no integran ninguna lista de clásicos del blues, han sido adaptados en múltiples ocasiones por músicos de rock como Eric Clapton, Steve Miller, Keith Richards de los Rolling Stones o Jimmy Page de Led Zeppelin, entre muchos otros.
En el mundo de la música popular se suele abusar del adjetivo "legendario". En el caso de Robert Leroy Johnson sin embargo, el calificativo resulta exacto: su temprana muerte y su enigmática existencia, de la que apenas se conocen unos pocos datos, han ayudado a convertirlo en una leyenda. En su biografía se mezclan mitos y hechos reales con muy pocas posibilidades de discernir dónde está la frontera entre ellos. En este sentido el relato oficial tradicional dice que Johnson fue un jóven negro, nieto de esclavos nacido en Hazlehurst (Mississippi), cuya pasión por el blues lo condujo a un encuentro -dice el mito- con el mismísimo Satanás. O, por lo menos, a un cruce de caminos, cerca de la plantación de Dockery, donde fue a encontrarse a medianoche con un ser de gran estatura. El presunto Demonio tomó su guitarra, la afinó y se la devolvió, concediéndole con este gesto el don de tocar, cantar y componer blues mejor que nadie. Johnson había vendido su alma al diablo. En menos de un año, ya era considerado el rey del delta blues.
Pese al éxito y la fama alcanzados gracias a su habilidad -innata o sobrenatural- Johnson siguió viviendo atormentado, perseguido por terribles pesadillas y por una angustia insoportable durante el día, un estado depresivo que solo tenía alivio cuando componía o interpretaba su música. Pocos meses antes de plasmar el triunfo de su arte en una actuación en el Carnegie Hall de Nueva York -actuación que parecía llamada a ser memorable- se conoció la terrible noticia de su muerte. Había sido envenenado por el marido de una de sus amantes, o quizá de una ex novia, en un ataque de celos.
En sus conciertos solía utilizar el extraordinario "gancho" de su música para seducir a alguna mujer del público, que elegía desde el escenario y no dejaba de mirar durante toda la velada, especialmente cuando cantaba los versos más apasionados. Esa habilidad seductora, aumentada por la capacidad multiplicadora de la radio y los fonógrafos, es sin duda, uno de los secretos de éxito comercial de Johnson, que contaba con multitud de admiradoras que lloraban con las letras de Love in Vain o Kindhearted Woman Blues y se emocionaban con su voz insinuante y cautivadora. Esa misma pericia conquistadora también debió ser la causa de su muerte.
En 1936, Johnson se puso en contacto con H. C. Speir, conocido como el padrino del blues, propietario de una tienda de discos en Jackson (Mississippi) y responsable del lanzamiento de las carreras de muchos artístas de blues durante los años 20 y 30. El guitarrista quería poner a prueba la capacidad de su música para trascender los círculos estrictos del blues. Ya sabía lo que era llenar salas en Nueva York, Chicago o Detroit, pero estaba convencido, como así fue, de que era capaz de acceder a un público más amplio, y eso solo podía hacerse grabando discos de acetato. Speir sólo le grabó un disco de prueba, pero, asombrado por la técnica interpretativa de Johnson, lo recomendó a Ernie Oertle, un cazatalentos del sur que se lo llevó a San Antonio (Texas) en noviembre de 1936 para grabar lo que sería su gran legado para la posteridad.
Desde las primeras grabaciones, los encargados de la compañía quedaron admirados por la capacidad de Johnson, quien expuso todo su repertorio de ritmos, contrapuntos, glissandos -arreglos sonoros basados en el desplazamiento- y fraseos slide con la guitarra, y su amplísimo registro vocal desde el falsete más hiriente hasta los graves más intimistas y, sobre todo, un puñado de obras con una variedad temática y musical que desafiaba las leyes tradicionales del blues sin traicionar la esencia propia del género.
En junio de 1938, Johnson se desplazó a Dallas para registrar su segunda y última tanda de grabaciones, amparado por el moderado éxito de uno de sus primeros discos -Terraplane Blues-, que se publicó en marzo de aquel mismo año y vendió unas 5.000 copias. Se lo veía menos angustiado de lo habitual, bastante satisfecho por los derroteros positivos que había tomado su carrera, y muy amigo del alcohol, de las excentricidades y, sobre todo, de las mujeres casadas y comprometidas.
El 13 de agosto de 1938, en Greenwood (Mississippi), los testigos recuerdan haber visto a Johnson incapaz de tocar pese a la animada audiencia. Trasladado a una cama, vomitando sangre y retorciéndose de dolor, murió tres días después. Algunos dijeron que finalmente Satanás había ido a buscar su alma. Pero la realidad es que el rey del blues vio su vida segada en plena juventud por la ingestión de un whisky envenenado con estricnina por el principal damnificado de su última aventura amorosa, a pesar de que el informe médico oficial asegurara que había muerto de sífilis. Treinta años después, en el transcurso de la investigación privada de un biógrafo de Johnson, el presunto asesino acabó reconociendo el homicidio, aunque no fue denunciado por ello. De esta manera, el informe médico redactado aquel 16 de agosto de 1938 muerte causada por sífilis quedó como versión oficial de su fallecimiento.
A pesar de sus escasos 27 años de existencia, Johnson dejó una huella imborrable en el mundo del blues y en el de la música popular en general, convirtiéndo un género oscuro y restringido a un sector concreto de la sociedad estadounidense en un auténtico fenómeno de masas que, además, vivió una época dorada tras la Segunda Guerra Mundial, y que se transformó en la simiente de un nuevo género, el rock´n´roll, llamado a ser la música hegemónica de la segunda mitad del siglo XX. Por esa razón El rey del blues también es considerado el abuelo del rock.


- DISCOGRAFÍA BÁSICA -


1990 - The Complete Recordings
Lanzado por Columbia Records, este álbum doble compilatorio llegó a vender más de un millón de copias. Al año siguiente de su lanzamiento fue premiado con un Grammy por "Mejor álbum histórico".








2004 - Me and Mr. Johnson (Eric Clapton)
Tributo de una de las grandes guitarras del rock a la gran guitarra del blues. Clapton versiona 14 de los temas de Johnson en un homenaje grabado para celebrar el décimo aniversario de From the Cradle, su primer disco de blues puro.






2011 - ABC of the Blues
El vol. 18 de esta colección de grandes intérpretes del género reproduce 20 de las canciones grabadas por Johnson entre 1936 y 1937, en una actualización del material aparecido en 1961, y que significó un fenomenal revival del culto a El rey del blues.








2011 - The Complete Collection
Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Johnson apareció esta reedición de las sesiones completas del Rey del blues, incluidas las grabaciones descartadas en 1936 y 1937, de gran interés para conocer la manera de trabajar del guitarrista.